miércoles, 6 de enero de 2010

¿Por qué pelearon Roberto Martínez y Markarián?

¿Por qué pelearon Roberto Martínez y Markarián?
8:46 | Daniel Peredo cuenta tres anécdotas de vestuario. En una de ellas comenta las razones de la bronca y lanza la sospecha sobre el ex jugador crema

Por Daniel Peredo

I. 3 de marzo, 2004. Universidad San Martín y Estudiantes-Grau juegan la segunda fecha del Apertura. Los visitantes van al descanso 1-0, gol de Bratzo Gil a los 23 minutos. Para la etapa final, el técnico Édgar Ospina ordenó un cambio: el defensor Ever Lengua por el anotador Bratzo Gil. Lengua ingresó con actitud ofensiva y generó un par de situaciones en el arco rival. Sin embargo, a los 8 minutos, Miguel Ortega empató para los santos, dirigidos por Juan Carlos Oblitas. Estudiantes-Grau reaccionó, a los 14’ el colombiano Salazar adelantó a los piuranos. Tres minutos después, Ospina volvió a mover el banco y agotó sus variantes: ‘Copete’ Fernández por Roberto Valenzuela y Daniel Maldonado por Lengua, quien había ingresado para la reanudación. Lengua no pudo creer cuando observó su número en el tablero del cuarto oficial. En realidad hubo un error al momento de llenar la boleta de cambio. Cuando se quiso corregir, las modificaciones ya estaban realizadas. Lengua estuvo apenas 17 minutos en el campo. Se retiró cabizbajo por Oriente, caminó lento hacia el banco y cuentan los compañeros que llegó llorando. Ospina estaba concentrado siguiendo el juego y Lengua decidió encararlo:

—Profe, ¿por qué me sacó? Estaba jugando bien… San Martín logró el 2-2 con tanto de Kike Ísmodes y Lengua seguía preguntando:

—Profe, ¿por qué me sacó? Ospina, sin tiempo para dar muchas explicaciones, estalló:

—Mi hijo, el problema no es por qué te saqué, sé bien por qué te saqué el problema es por qué te metí, Dios mío, por qué te metí.

Los suplentes no pudieron aguantar la risa. Ospina es uno de los entrenadores más ocurrentes que dirige en el Perú.

II. 9 de setiembre, 1995. Universitario y Torino igualaron 0 a 0 en un discreto partido en el Nacional. El capitán de la ‘U’, Roberto Martínez, recibió su quinta amarilla y quedó suspendido para la siguiente fecha en Cerro de Pasco ante Unión Minas. Antes del encuentro, el técnico Sergio Markarián y el dirigente Hernán Narvarte le comunicaron a Martínez que, a pesar de la inhabilitación, debía acompañar al plantel. Roberto aceptó, aunque en el último entrenamiento antes de viajar a Pasco decidió cambiar de opinión por el delicado estado de salud de su madre. Lo quisieron obligar a ir de todas maneras, pero el futbolista se quedó acompañando a su mamá. A Martínez le molestaba que algunos no creyeran el difícil momento que pasaba su familia.

La ‘U’ ganó en Cerro de Pasco 2-1 y luego recibió en el Lolo Fernández a Juan Aurich. Markarián se reunió con Martínez antes de la concentración.

—Roberto, voy a mantener la alineación de Cerro de Pasco, el equipo ganó y no hay motivos para cambiar

—Está bien, Sergio, pero no me lleves al banco, no estoy anímicamente bien por el estado de mi mamá.

Markarián no lo puso ni de suplente y Aurich dio la sorpresa 2-1 con goles de Raúl Hurtado. Al final del partido, el DT, consultado por la ausencia del capitán, respondió que no estaba bien físicamente. Por su parte, el jugador explicó a los medios que no jugó porque el entrenador quiso mantener el once que triunfó en la altura.

Roberto reapareció con León de visita. Fue goleada 3-0 y marcó de tiro libre. A la mañana siguiente, todavía en Huánuco porque el retorno estaba previsto para la tarde, recibió una llamada desde Lima y se embarcó de emergencia en una avioneta con el ‘Puma’ Carranza y el doctor Alva. Demasiado tarde. Su madre había fallecido de madrugada. Martínez quedó bastante resentido con Sergio Markarián y Hernán Narvarte y les pidió que, de ninguna manera, los quería ver en el velorio de su mamá. A los pocos días, el auto de Narvarte, una camioneta del año, fue siniestrada en el Lolo Fernández. El dirigente siempre pensó que Roberto tuvo que ver.

III. 24 de abril, 1991. Universitario cayó 2-1 con Colo Colo en el Monumental chileno y quedó eliminado de la Libertadores. Apenas terminó el juego, los cremas fueron al aeropuerto de Santiago y retornaron a Lima. El técnico del equipo, el serbio Iván Brzic, ordenó que el plantel concentrara porque cuatro días más tarde disputaba el clásico con Alianza en Matute. La ‘U’ arribó de madrugada y se quedó en un hotel miraflorino. Temprano, por la mañana, ‘Puchungo’ Yáñez sintió bullicio en las afueras de la concentración y decidió asomarse. Cientos de jóvenes de ambos sexos gritaban y aplaudían. ‘Puchungo’ se entusiasmó, pensó que eran hinchas de la ‘U’ que reconocían, a pesar de la eliminación, la actuación del equipo. Entonces, decidió despertar a ‘Balán’ Gonzales, su habitual compañero de cuarto.

—Compadre, la cantidad de gente que vino a vernos, los hinchas saben que hicimos un buen partido.

‘Balán’ dejó la cama, salió por la ventana y quedó sorprendido por la presencia de los jóvenes que cerraron el tránsito vehicular.

—Hay bastantes chicas, ellas vienen por ti —le comentó.

Los gritos de las adolescentes se hicieron más intensos a pesar de que los futbolistas llevaban rato en la ventana. De pronto, ‘Puchungo’ levantó la mirada para observar si había alguien más y encontró en el piso siguiente a un grupo de muchachos que no dejaba de saludar a la multitud. Eran cinco integrantes de la banda mexicana Magneto que iban a realizar una presentación y que ese año 91 alcanzaron el pico de su popularidad convertidos en ídolos juveniles.

—Y nosotros que pensábamos que eran hinchas de la ‘U’— comentó “Puchungo” y ya no pudo descansar.

Fuente: El Comercio

No hay comentarios:

Publicar un comentario