miércoles, 6 de enero de 2010

Chemo casi hace que Waldir juegue en la ‘U’

Chemo casi hace que Waldir juegue en la ‘U’
8:50 | Daniel Peredo revela tres nuevas anécdotas de vestuario. Balerio y una respuesta nada peruana, Waldir y un no rotundo a la ‘U’ y Palinha y sus deseos de regresar a Brasil

I El 12 de octubre de 1997 el seleccionado del Perú definió ante Chile el pase para el Mundial de Francia 98. El triunfo significaba el ticket mundialista. El empate alcanzaba para decidir en casa con Paraguay.
El partido se jugó en el Nacional de Santiago de Chile con un clima hostil. La prensa de ese país y, sobre todo, el capitán Iván Zamorano —descartado por lesión— cargaron el ambiente previo.
Chile adelantó pronto con un tanto de Marcelo Salas de cabeza. El equipo peruano nunca pudo reaccionar. Tras el descanso, el zaguero Pedro Reyes marcó el segundo y en los minutos finales, el ‘Matador’ Salas anotó dos veces más para cerrar la goleada y, prácticamente, la clasificación mundialista. Luego del cuarto tanto, Salas la emprendió contra el arquero Julio Balerio, quien se nacionalizó a comienzos del proceso para jugar por la selección peruana.
— Gol m…, gol peruano de m…

Salas prefirió el desahogo frente al rival que su tradicional festejo de matador. Balerio no se calló, aunque su respuesta sorprendió a propios y extraños:
— A mí qué me lo gritás, yo no soy peruano, soy uruguayo. El arquero se retiró en 1999 en Sporting Cristal. Ahora es director técnico y radica en su país. Uruguay, claro está.

II Universitario salió campeón en 1999. Le ganó el título a Alianza en dos partidos. En Matute, el presidente Alberto Masías quiso aprovechar la derrota y citó a Waldir Sáenz.
— Queremos que sigas, pero tu contrato es alto, vamos a renegociar.
Waldir jugó 32 partidos, anotó 22 goles y no estaba conforme con el ofrecimiento. Salió de vacaciones y recibió una sorpresiva llamada.
— Hola Wally, soy Chemo. Quiero que vengas a la ‘U’. Te contacto con los directivos para arreglar el contrato.
Sáenz no supo qué decir. Estaba extrañado y pidió días para pensar. Del Solar volvió a comunicarse. El goleador pensó tener la excusa perfecta.
— Te agradezco, pero es imposible, mi novia vive en Matute, al frente del estadio, en la unidad vecinal… ¿qué quieres, que le tumben la casa?
— No hay problema, le compramos un terreno, una casa en Surco, la sacamos de allí.
Chemo no se dio por vencido y Waldir ensayó otra razón.
— Mi mamá vive cerca del Lolo, le van a quemar la casa.
— Tranquilo, la llevamos a un departamento, la sacamos de allí, repitió Chemo.
— Dame tiempo, cerró Waldir. No contestó más.
El representante Carlos Delgado lo sacó del apuro. Le ofreció medio año en Unión de Santa Fe. Sáenz aceptó de inmediato. Marcaba distancia con Alianza, donde se sentía poco valorado, y también con Universitario, el rival de toda la vida. Recién cuando llegó a Santa Fe, Chemo dejó de llamar.

III La definición del torneo 2001 se postergó para jugar después de Navidad. Alianza y Cienciano debían enfrentarse el 22 y el 26 de diciembre. El aliancista Palinha comentó entre sus compañeros cercanos que solo jugaba la primera final y volvía a Brasil para las fiestas.
— Me voy a hacer expulsar, reconoció.
El árbitro de la primera final fue Eduardo Lecca. El técnico cusqueño Carlos Jurado mandó al mediocampista Cumapa a marcar a Palinha.
En una acción dividida, el brasileño entró de mala manera ante el cusqueño en una jugada de roja directa. El juez sancionó la falta, amonestó con amarilla y le llamó severamente la atención a Palinha. Un jugador aliancista —entonces muy joven, hoy ya titular en Primera— contó lo que escuchó.
Lecca lo increpó y le dijo: “Oye h…, yo sé que no quieres ir a Cusco, pero te jodiste. Soy recontra aliancista y así me pegues un puñete no te voy a expulsar”. En los minutos finales, el juez expulsó a Cumapa por doble amarilla. El volante visitante no entendía nada y en los descuentos Roberto Farfán anotó el 3-2 definitivo.
El entrenador blanquiazul Bernabé Herráez citó al plantel para concentrar por la noche. Palinha nunca llegó. Apenas concluyó el juego desertó y voló a Brasil a celebrar las fiestas.

Fuente: El Comercio

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